
Aarón Ramírez Puerta
Otras tareas
En esta sección se presentan varias tareas que no tienen tanta relación con las actividades fotográficas de los anteriores apartados.
Vídeo-evocación individual
Esta tarea consiste en grabar un cuadro que nos resulte inspirador de cara a hablar de manera improvisada, durante un minuto y medio, expresando lo que observamos, lo que nos transmite o recuerda...
En este caso, fuimos a la exposición artística del Museo de Bellas Artes de Granada, donde filmé el vídeo que hay a la izquierda de este texto y reflexionando en voz audible sobre el cuadro que más me llamó la atención.
Vídeo-evocación en parejas
En este caso, la grabación trata sobre lo mismo pero, en lugar de pensar de manera individual, el cuadro es interpretado mediante una conversación en pareja.
El cuadro elegido (que aparece en la imagen a la derecha de este texto) pertenece a una exposición del Palacio Condes de Gabia, en Granada. Es donde mi compañero Antonio Lavado y yo reflexionamos acerca del cuadro que más inspirador nos resultó para una charla conjunta.

(no ha sido posible incluir el vídeo por un fallo informático)

(no ha sido posible incluir el vídeo por un fallo informático)
Vídeo-evocación con libro
En esta ocasión, la reflexión individual llega a través de un libro escogido aleatoriamente con la única condición de que tenía que tener imágenes. De esta manera, elegí un libro sobre arbustos, una temática que no me atraía para nada pero que, al final, resultó ser bastante útil y hacerme recordar algunos momentos de mi infancia en los que hacía tiempo que no indagaba mi memoria.
En general, estas actividades evocativas, me han parecido buenas para buscar significados a la imagen. Es una gran manera de inspirarte y sacar a relucir el contenido que guardamos en la cabeza pero que a veces no logramos sacarlo a flote.
Cámara estenopeica
La última experiencia de la asignatura de Artes Visuales ha sido la creación de una cámara estenopeica y la puesta en práctica de su funcionamiento.
Con ello, nos remontamos a cómo se hacían fotografías sin electricidad en el pasado, algo que puede resultar inimaginable para quien desconozca la historia y el origen de la cámara de fotos.
Esta consiste en una simple caja cuyo interior está totalmente aislado de la luz excepto por un muy pequeño agujero por donde es captada la luz que queda reflejada en un papel de fotografía espacial que, combinado con un proceso químico posterior, hace que quede marcada la luz solar en él y se vea reflejada la zona a la que hemos apuntado con nuestro objetivo durante unos segundos.
El proceso a través del que he conseguido construir mi cámara estenopeica ha sido conseguir una caja cualquiera del tamaño de media caja de zapatos aproximadamente. Uno de sus lados lo he dejado abierto para introducir el papel donde se verá la fotografía y, justo en el lado opuesto a donde quedaría esta, he dado lugar a una cavidad donde situar un trozo de papel de aluminio con un agujerito hecho por una aguja (el objetivo de nuestra cámara). Cabe recalcar que el objetivo ha de poderse tapar para que no le entre luz mientras se sitúa la cámara en el lugar que queremos fotografiar. El interior de la caja lo he forrado con goma eva para que no rebote en él ningún rayo de luz que pueda entrar a la caja. Aún así, también añadí cinta aislante negra en las aristas de este prisma para evitar la entrada de luz.


Esta experiencia es muy curiosa, ya que estamos en una época de gran avance tecnológico en cuanto a la imagen y podemos llegar a ser algo conscientes de cómo se ha evolucionado y los grandes avances que han habido a lo largo de la historia de la fotografía hasta llegar a la Realidad Virtual, muy de moda ahora entre los jóvenes y algo llamativo de conocer para ellos.
Para llevar a cabo la fotografía, primero tuvimos que mezclar varios químicos y, una vez vertidos en su correspondiente cubilete cada uno, nos movimos a una sala con luz infrarroja que no afectase al papel sensible que íbamos a introducir en nuestra cámara estenopeica. Una vez introducido el papel, salimos a un sitio donde hubiese bastante luz y mantuvimos inmóvil nuestro objetivo ante él durante un minuto. Una vez hecho, tapamos el objetivo y sin que entre luz a nuestra caja volvimos a la sala oscura anterior donde revelamos la fotografía en los químicos que mezclamos. De esta manera nos quedaron imágenes como la de abajo de este texto a la izquierda (capturada por Alba Titos Hortal). Por último, pasamos a negativo la imagen con un smartphone invirtiendo luces y sombras y dando lugar a la imagen que hay a la derecha.

